Calidad de vida en Risaralda.
Resumen
En general, es claro que el desarrollo económico de una región no implica o no es equivalente a la calidad de vida de sus gentes. En este sentido el crecimiento de la economía no puede considerarse como un objetivo en si mismo, sino como un medio esencial para el logro de mayor bienestar en las personas.
La riqueza de una región no necesariamente se traduce en una ampliación equilibrada de "oportunidades" para las personas. El reto, y la condición para consolidar un proceso de desarrollo económico sostenido en el tiempo, es alcanzar de manera creciente equidad en el acceso a las "oportunidades" de educación, salud, empleo, vivienda, hábitat, recreación libertad, seguridad,... para las gentes.
La calidad de vida es un concepto que reviste carácter de integralidad. Es decir, lo social aparece en forma integral en los individuos, los cuales como seres sociales son el resultado de una combinación de factores espirituales, de salud, educativos, ambientales, laborales, por lo que ello no puede fragmentarse. Es decir, el bienestar y la calidad de vida son más que' tener acceso a ciertos servicios básicos.
Atendiendo a estas consideraciones, en esta parte del estudio se aborda el análisis de la calidad de vida de la población mediante la evaluación de una diversidad de indicadores sociales, a través de los cuales se busca intuir la heterogeneidad en las condiciones de acceso de las personas a las "oportunidades" de desarrollo.
En respuesta a la idea de integralidad se construye un Indicador de Desarrollo Humano (IDH) utilizando la metodología del PNUD y la experiencia de Fedesarrollo para el caso colombiano (1), el cual incorpora aspectos como salud, educación, ingresos, desempleo, justicia y criminalidad. Dicho indicador es apenas un acercamiento al objetivo de medición del desarrollo humano, con grandes debilidades originadas en lo fundamental en las deficiencias de la información.